La Fraternidad Cristianía Caminante, es el proyecto de agrupación de algunas de las personas de fe católica, que forman parte de la Asociación Cristianía, para construir una futura asociación de fieles reconocida por el derecho de la Iglesia, vinculada a la propia Asociación Cristianía, pero manteniendo la mutua autonomía.
- La Fraternidad está constituida por personas que se sienten llamadas a vivir como laicas una espiritualidad monástica. Como monjes y monjas seculares, buscan a Dios, siguiendo a Cristo, guiados por la Regla de San Benito, según las costumbres cistercienses, y las adaptaciones legítimas a los tiempos y a su condición laical, en el marco de hermandad de la Asociación Cristianía y de la propia Fraternidad.
- Las personas que son parte de la Fraternidad, comparten los valores y fines de la Asociación Cristianía, así como participan y colaboran en sus actividades, desde su compromiso religioso con el Evangelio y como miembros de la Iglesia.
- Buscan realizar su vocación, con la ayuda de la Gracia, construyendo su vida según los valores cistercienses de sencillez, sobriedad, humildad, pureza y unidad de corazón, silencio interior, obediencia al Espíritu Santo, hospitalidad, trabajo orante y ascesis liberadora y alegre.
- Aspiran a ser una presencia contemplativa activa en la iglesia y en el mundo, para lo cual buscan la conversión de su corazón mediante el cultivo de la Eucaristía, la lectio divina, la oración (en especial la contemplativa) y el servicio a través de la escucha comprometida en la vida cotidiana, en especial, de quienes más sufren.
- La Fraternidad Caminante se siente en comunión con el Pueblo de Dios y se abre a colaborar con sus pastores, de acuerdo a su propio carisma.
- La Fraternidad contempla la posibilidad de que algunas personas pertenecientes a la misma, puedan realizar una especial consagración, mediante promesas privadas de pobreza, castidad, obediencia, así como la promesa «caminante» (salir al «camino» como «acompañantes comprometidos» con los alejados de la Iglesia, con los excluidos de la sociedad y con todos los que sufren).
- La fraternidad y todas las personas que pertenecen a ella se consagran a la bienaventurada Virgen María, madre de Cristo y madre de la iglesia.
Espiritualidad
- El fundamento de la espiritualidad de la Fraternidad es la espiritualidad monástica cisterciense, tal como fue expuesta por San Bernardo de Claraval y los otros maestros y maestras cistercienses.
- Su perspectiva es la de la mística encarnada (poniendo el énfasis en la experiencia personal y eclesial de la fe, una mística de «ojos abiertos») que encuentra, especialmente, en el Evangelio de San Juan, la teología judeocristiana de los orígenes, el monacato primitivo, el movimiento de las beguinas y la escuela de los místicos renanos, la «devotio moderna» y los místicos contemporáneos como Thomas Merton, Henri Le Saux, Simone Weil o Etty Hillesum.
- Su aprendizaje de la oración se basa en las enseñanzas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
- Practica el discernimiento espiritual siguiendo las reglas de San Ignacio de Loyola.
- Con un corazón apasionado por la experiencia de la Trinidad liberadora revelada en el Misterio Pascual, la Fraternidad descubre su misión en el pasaje evangélico de Emaús (Lc. 24, 13-52), que le mueve a seguir al «Cristo Resucitado y Caminante», saliendo al «camino» a escuchar y comprometerse con quienes se han alejado de la Iglesia, están excluidos de la sociedad y todos los que sufren, cultivando la hermandad y sororidad al servicio del Reino, para «que él nos lleve a todos a la vida eterna» (RB. 72, 12).
Reuniones de Oración
Actualmente la Fraternidad es la encargada de realizar reuniones periódicas de oración comunitaria, abiertas a tod@s, para celebrar alguna de las oraciones de las horas, en especial, las vísperas (oración del atardecer) siguiendo la propuesta de oración de Thomas Merton.
Lugar y Fecha: Ver calendario de eventos.
